NUEVO AMOR POR LA ORACIÓN Y LAS
ESCRITURAS
Reelaborado por el Ministerio Nacional
de Formación
Sacado del artículo de
Telesforo Villalba
del Boletín del ICCRS
marzo-abril 2003.
Objetivos
Los fines de la R.C.C.E. son los
siguientes:
La conversión continua de
la propia vida, acomodándola lo más posible a la exigencia del
evangelio, fruto de la experiencia de Jesús vivo, de la gratuidad y
de la filiación divina;
(Estatutos de la Renovación
Carismática Católica en España, artículo 2)
En muchos países del mundo la
Renovación Carismática Católica ha avanzado abrumadoramente,
en algunos han pasado más de 30 años
y otros se encuentran en las primeras horas.
Cuando nosotros tenemos la oportunidad
de viajar y entrar en contacto con otros hermanos uno ve como
entramos en diferentes etapas, tanto en lo personal como en lo
comunitario. Así encontramos que en algunos lugares se vive un
"ardor arrasador", en otros un "estancamiento" y
en otros un "retroceso alarmante". Nosotros iremos
reflexionando estas diferentes etapas a través de estas líneas.
No sé si a vosotros os pasó cuando
conocisteis al Señor, no importaba el calor, la lluvia, el horario,
la distancia, en dónde se hacían las reuniones del grupo o los
encuentros, estábamos siempre atentos y listos para asistir, pero
muchas veces van pasando los años y vamos quedándonos en una
monotonía, se vuelve todo rutina y una desgana total llega a nuestra
vida.
Quisiera compartir algunos de los
motivos por los que caemos en estas circunstancias:
Falta de oración
Falta de lectura y estudio de la
Palabra
Creer que ya lo sabemos todo
Nos volvemos activistas y
profesionales
Iremos compartiendo juntos, en forma
breve, cada una de estas causas, para que en oración le pidamos al
Señor poder profundizar y reinflamar la llama del principio, y arder
nuevamente en el Fuego del Espíritu Santo, como verdaderos testigos
del Señor.
1. Falta de oración
La oración es el combustible para
nuestro cuerpo, la gasolina que necesitamos diariamente para que
podamos caminar, sin la misma no
podemos ir lejos, tarde o temprano nos quedamos detenidos. Si Jesús
se apartaba para orar, ¿qué otra cosa podríamos esperar hacer
nosotros?
“... se fue a un cerro a orar y pasó
toda la noche en oración con Dios."(Lc. 6,12). Elige a los doce
Apóstoles.
"... Subió solo a un cerro a orar
hasta entrada la noche" (Mt. 14,23). Camina sobre las aguas
"... Jesús tomó consigo a Pedro,
Santiago y Juan, y los llevó a un cerro alto, lejos de todo. En
presencia de ellos Jesús cambió de aspecto: su rostro brillaba como
el sol y su ropa se puso resplandeciente como la luz" (Mt.17,
1-2). Transfiguración
"... Llegaron a una propiedad
llamada Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos: Sentaros aquí
mientras voy a orar" (Me. 14, 32). Sudó sangre.
En cada uno de los acontecimientos
Jesús oraba y no era un momento breve, hemos leído en el Evangelio
todo el tiempo que se pasaba en oración.
Cuán diferente sería, si por lo
menos, para cada acontecimiento importante le preguntáramos al
Señor: "de que manera harías tal
cosa", "qué le contestarías en esta circunstancia".
Si cada día dedicáramos un tiempo a
estar a solas, con el Maestro, a sus pies como María, que escogió
la mejor parte..:
2. Falta de lectura y estudio
Es muy necesaria la lectura y el
estudio de la Palabra del Señor, puesto que tiene que ser "…
antorcha de mis pasos y luz de mi camino" (Salmo 119, 105).
En ella sabemos que encontramos una
respuesta para cada una de las situaciones de nuestra vida y también para hablar de ella.
Cuando un hermano viene a pedir ayuda o
consejo, qué diferente sería si en vez de darle mis palabras yo le
doy la Palabra de Dios. Esto será posible si somos lectores
frecuentes, ya que de lo que abunda en el corazón habla la boca.
Ahora bien, no sólo se trata del
estudio de la Palabra, sino que 'también debemos ir estudiando otros temas, ir profundizando a través de
otros libros espirituales, para ir ampliando la visión en el
servicio. Sólo quien ha aprendido mucho, puede enseñar mucho.
Al mismo tiempo no sólo debemos
quedarnos con el conocimiento, sino que debemos pedirle al Espíritu
Santo sus carismas/dones de Sabiduría, Entendimiento, Conocimiento,
Revelación, Ciencia, Consejo para poder llegar a una comprensión de
nuestra fe.
La peor frase que podemos decir o
pensar sería: Ya lo sé todo.
3. Creer que ya lo sabemos todo.
Hay hermanos que hicieron un Seminario
de Vida en el Espíritu, luego algunos talleres de Crecimiento o
algún Encuentro y creen que ya lo saben todo, que ya están
capacitados para lo que venga o que no tienen nada más que aprender
¡cuán equivocados estaríamos!
Nosotros tenemos que aprender de
nuestros hermanos mayores, podemos aprovechar sus
conocimientos, tenemos que beneficiamos
de sus experiencias y consejos para un mayor enriquecimiento en
nuestras comunidades.
Tenemos que estar siempre con el
corazón abierto y el oído atento para escuchar al Señor.
Ser humildes de corazón, sabiendo que
Dios fue capaz de hablar por la boca de una burra, la de Balaam
(Núm. 22, 22-35).
No seamos como Balaam.
4. Nos volvemos activistas y
profesionales.
Jesús no necesita "activistas"
llenos de actividades y tareas, El necesita "Testigos",
personas que "viven lo que anuncian" y "anuncian lo
que viven".
El Cardenal Suenens solía decir que:
"en las primeras épocas de la Renovación Carismática se
encontraban dos carismáticos y se ponían a orar, sin importarles el
lugar...", "pasaron los años y se encontraban nuevamente
dos carismáticos, entonces hablaban de lo que era la oración, - (ya
no oraban)", alguien dijo por allí que "ahora se
encuentran dos carismáticos y se ponen a hablar de los demás
hermanos, (ya no hablan de la oración y menos aún, no oran)".
Son tantas las actividades que tenemos,
en nuestros grupos, en la Parroquia, en la Diócesis, tantos hermanos que necesitan que se les
anuncie la Palabra, que no tenemos tiempo para orar, para estudiar,
para profundizar y, más todavía, ya hace tantos años que estoy en
la Renovación, tendríamos que preguntarnos: "si la Renovación
está en nosotros".
Hay mucha hambre y sed de Dios en la
gente, ellos no necesitan de técnicas o estrategias de cómo llegar
a Dios; nuestros hermanos necesitan amigos de Jesús que puedan
descubrir en nosotros a otro Jesús.
Cuantas más actividades y
responsabilidades tengo, es cuanto más tengo que estar aferrado al
Señor, caso contrario estaré dando de mí y tarde o temprano me iré
secando como las ramas cortadas del tronco y la gente se irá
alejando, porque no doy a Jesús.
CONCLUSIÓN
Viendo estas realidades, podemos decir
como la gente que le preguntaba a Pedro:
“… ¿qué debemos hacer?” (Hechos
2, 37).
La respuesta no se hace esperar, pedir
el auxilio al Espíritu Santo; para entender lo que es la Renovación
Carismática: UN PENTECOSTÉS HOY.
Oremos unos por otros pidiendo el
Bautismo en el Espíritu Santo, una nueva Efusión, ya que sólo Él
puede hacerlo todo nuevo, dar vida a lo que estaba muerto, y
renovarnos desde lo más profundo de nuestro corazón.
Tengamos un corazón humilde,
postrémonos ante la presencia del Señor, y clamemos:
¡¡¡VEN ESPÍRITU SANTO!!!
VEN A LLENAR NUESTROS VACÍOS, VEN QUE
TE NECESITAMOS,
VEN A ENDEREZAR LO QUE ESTÁ TORCIDO,
VEN A ILUMINAR LO QUE ESTÁ OSCURO,
VEN A DAR VIDA A LO QUE ESTÁ MUERTO:
¡¡¡VEN SANTO ESPÍRITU, VEN!!!
PREGUNTAS PARA COMPARTIR
1. ¿Cómo está el “fuego del
Espíritu” en ti, en tu Grupo, Comunidad, Diócesis?
2. ¿En cuál etapa se pueden
identificar?
3. ¿Ves necesario hacer algo al
respecto?